Llevo un mundo sobre mis espaldas
desde ahí veo a una niña
me saluda todos los días, me regala su sonrisa
Pero sé que algo le ocurre
No me ha visto
pero sé que a veces llora sin dar la cara
No me ve
Siempre que la veo sonriente, le pregunto qué ha hecho
Ella me dice que es así: qué siempre está alegre
Pero ella no sabe que la he visto llorando
que a sus amigos no invita a casa
Me pregunto si tiene amigos, si compartirá
ella parece nunca estar sola, camina y
encuentra algo qué hacer
Esa niña me intriga, parece que calcula
cómo hacerme pensar, cómo dudar.
Esa niña me agrada, pero no logro acercarme
No es que quiera algo más de ella, sino que no entiendo
por qué llora cuando nadie más la ve
Esa niña me mira a la cara y me miente descaradamente
cuando le pregunto sobre sus tristezas
cómo hacer para que me cuente qué le ocurre
Yo le quiero ayudar, temo que pase su vida entera sin expresar
mintiéndose
La niña, un día salió, escapó.
Su alma se esfumó
A mí solo me quedó su recuerdo y la sensación de necesitarla
Como alguien que pierde de pronto la memoria
Me fui poco a poco olvidando de ella
Así pasa en la vida, me digo,
hay cosas que no se entienden nunca
Eso calma mis ansias.
Luego, después de mucho pensarla
me encuentro a la niña en mi camino
Curioso lugar para un reencuentro
se está gusto, en silencio
Sin que nos distraigan otros niños, otros carros.
La niña de pronto, me mira como diciendo perdón
No le respondo
Solo necesito abrazarla y llevarla a donde esté a salvo
abrazarla y decirle que vuelva, la extraño
Ella se desvanece y siento como caigo al vacío
Me muero, me muero pienso
Me despierto y veo a la niña ofreciéndome su mano
Me había caído y por suerte, todo era un sueño
